lunes, 13 de mayo de 2013

“¿Parejas rotas por culpa de las nuevas tecnologías?” noticia de beatriz g. portalatín / www.elmundo.es / sábado 11 de mayo de 2013.



"Le escribí al whatsapp hace casi una hora y aún no me ha contestado. Sé que lo ha leído. Entonces ¿qué está haciendo a estas horas, o lo que es peor, con quién?". Este pensamiento está a la orden del día, cada vez aflora con más fuerza en una sociedad marcada por nuevas tecnologías y redes sociales, lo que nos empuja, sin querer, a estar continuamente conectados o al menos, a tener la sensación de estarlo en todo momento. Sea por trabajo, o bien para tu propia vida personal.

"Personas que ya son bastante celosas y controladoras, usan esta nueva herramienta como una forma para controlar y saber dónde está su pareja en todo momento", afirma a El Mundo.es Carme Sánchez, psicóloga clínica […]'.

Control exhaustivo
A pesar de no haber datos oficiales ni registrados sobre este tema, en las consultas de psicología se da cada vez más este 'fenómeno'. Por ese control exhaustivo, asegura la experta, aparecen las quejas y las dificultades en las relaciones de pareja. "No tanto ruptura, pero sí muchos problemas", aclara. E incluso –"aunque a veces parezcan historias rocambolescas", dice- se han descubierto infidelidades a través de redes sociales, como Facebook: "Colgamos mucha información de nuestra vida y la gente puede acceder a ella más fácilmente. Hace unos 10 años, se registraba el bolso o la cartera, ahora se registra el móvil. Al fin y al cabo es lo mismo, sólo que los métodos han cambiado. Ahora estamos hiperlocalizados y es mucho más sencillo".

Pero a pesar de todo ello, esta especialista alaba también las ventajas de estas herramientas. Es muy útil mandar un mensajito al móvil de cuando en cuando a la pareja para recordarle que la queremos o la echamos de menos. Por lo que, "puede mejorar el vínculo emocional con esa persona, pero no se deben sobrepasar los límites del control", advierte.

En cuanto a los celos, "se pueden dar, por supuesto, pero no debemos olvidar que no se crean por culpa de las redes sociales y las aplicaciones sino por la falacia del control y la falta de seguridad", añade la socióloga Delfina Mieville, agente de igualdad, sexóloga y directora de Mekare. Es decir, no por tener un móvil, asegura, tenemos más control sobre las cosas, de hecho, debido a una falsa sensación de control creemos que podemos controlar a su vez a otros.

El problema: la inmediatez
Todo este 'fenómeno' es debido en parte, a que "existe un sentimiento de culpa si no se responde a estos estímulos (whatsapp, Facebook, mail). Esto responde a la idea de tiempo real. Pero no es real, es paralelo a mil tiempos", explica Mieville. El problema es la inmediatez: creemos que como todo se puede solucionar 'ahora' se gana tiempo y producción, pero "esto es una falacia. Se hace más 'humo' pero no se produce más". Por tanto, asegura que los mensajes, los 'toques' o los 'me gusta' no son más que migas que lanzamos para las relaciones. "No las alimentan, enganchan y dan más hambre. ¿Por qué? Porque no es alimento".

Actualmente, nos hemos vuelto consumidores de emociones, no vale con un paseo, "necesitamos cine, cena, viajes, estoy con el otro mientras hago otra cosa, no mientras comparto otra cosa", expone la experta. Así, tenemos tal demanda y ansiedad de atención que la consumimos y la solicitamos las 24 horas mediante las redes y respondemos con migas a las demandas de los otros de igual modo. Las redes, afirma, facilitan ese intercambio de 'migas y de humo'. Consumimos emociones porque ya todos y todas -facilitados por las redes- hemos creado apegos inseguros, pues "como decía un sexólogo, entramos antes en la cama de alguien que compartir verdadera intimidad".

[…]


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