martes, 15 de febrero de 2011

Innovador programa incorpora valores y virtudes en la educación sexual, 21 de enero de 2011, Friday Fax.

NUEVA YORK, 21 de enero (C-FAM), By Lauren Funk. Lo que pasa por «educación sexual» en estos días se considera, a menudo, como material pornográfico y altamente ofensivo para los estándares comunitarios tradicionales.
Un popular libro estadounidense para niños de diez años contiene páginas con dibujos de personajes desnudos manteniendo relaciones sexuales. Un plan de estudios recientemente publicado por la UNESCO promueve la masturbación para niños de tan sólo cinco años. Entretanto, organismos de la ONU y grupos militantes internacionales condenan frecuentemente los programas basados en la abstinencia sexual.
En medio de este caos, una agrupación brinda esperanza. La Alianza para la Familia ofrece un plan de educación sexual integral basada exclusivamente en la abstinencia, en el contexto de un amplio programa de desarrollo de la personalidad, y muchos observadores internacionales, entre ellos USAID y el Vaticano, le están prestando atención.
El currículo, denominado «Aprendiendo a querer», es un programa de estudios de doce años de duración basado en una historia que enseña a los niños y a los adolescentes acerca del amor, del sexo y del matrimonio en un contexto mayor que promueve valores tales como la lealtad, la honradez, el respeto por sí mismo y la responsabilidad personal.
Este plan es intensivo, adaptable y está en crecimiento. Por el momento, alcanza a más de 270 mil alumnos en once países. Hasta los estadounidenses que optan por la escolarización en el hogar lo están incorporando.
Cristina Burelli, directora ejecutiva de la Alianza para la Familia atribuye el éxito de «Aprendiendo a querer» a los valores que estructuran su contenido. Por su naturaleza, son judeo-cristianos, explicó a Friday Fax, pero constituyen valores universales de la humanidad. El programa los presenta en un contexto absolutamente secular, lo que hace que sean apropiados para los sistemas educativos públicos, y hasta apreciados en ellos.
«Aprendiendo a querer» incorpora, en los últimos cinco años del currículo, un componente de educación sexual basado exclusivamente en la abstinencia. Cristina explicó que el problema de algunos planes de estudios basados en la abstinencia radica en que se centran sólo en el tema del sexo y «olvidan que [la abstinencia] es cuestión de formar hombres y mujeres jóvenes de carácter» que puedan entender los valores que ella supone. «Cuando se abrazan estos valores, la abstinencia tiene sentido», aseguró.
El proyecto más reciente de la Alianza para la Familia consiste en extender el programa a África. La Africa Family Life Federation trabajó estrechamente con la Alianza para desarrollar un currículo adaptado a las tradiciones de la cultura africana y a la necesidad de prevenir el VIH/SIDA. La Fundación San Mateo, mediante el Pontificio Consejo de Justicia y Paz otorgó a la Alianza para la Familia un subsidio para financiar la impresión de los libros africanos.
Otras asociaciones están también en formación. La Alianza ya está trabajando con el Doha Family Institute para difundir su programa en el mundo musulmán. Cristina ha puesto los ojos en los barrios pobres de Estados Unidos, particularmente en las poblaciones hispanas. «El éxito del currículo demuestra su capacidad de funcionamiento en diversas culturas y regímenes», afirma. «Pone de relieve la universalidad de los valores enseñados».
www.allianceforfamily.org

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