Quería imponer a los países europeos la promoción
activa de la homosexualidad
MADRID, 09 de julio de
2013 (Zenit.org) - La libertad de todos ha salido fortalecida en la
última sesión de representantes de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE
(Organización para la Seguridad y Cooperación Europea) tras votar contra la
implantación de los principios de la Conferencia de Yogyakarta por 24 votos a
3. Lo indicó un comunicado que Profesionales por la Ética envió hoy a la
redacción de Zenit.
Para entender la
trascendencia de esta votación hay que retrotraerse a la Conferencia de
Yogyakarta (Indonesia) de 2006 en donde la ONU aceptó una guía con 29
principios en relación con la orientación sexual y la identidad de género para
aplicar en la legislación sobre derechos humanos y que es parte de la agenda
del lobby gay. Esta guía, como le llaman sus autores, busca obligar a los
Estados miembros a promover activamente la homosexualidad a la par que cercena
derechos fundamentales como la libertad religiosa y la libertad de pensamiento
al impedir otras concepciones diferentes de la sexualidad.
Estos principios no
son vinculantes mientras no se acepten y negocien con los estados miembros.
Esta era la situación que se dirimía en la última votación de la Asamblea
Parlamentaria de la OSCE y que se solventó con una mayoría de
representantes en contra de aplicar nuevos derechos humanos en favor de un
grupo minoritario que implica conculcar derechos humanos primordiales y
universales.
Leonor Tamayo,
responsable del Área Internacional de Profesionales por la Ética explica que
«la implantación de los principios de Yogyakarta no sólo cercena ámbitos
fundamentales para libertad como son la libertad religiosa y de expresión sino
que crea una casta privilegiada y una forma prioritaria de concepción de la
sexualidad a la que se beneficia en detrimento de otras a través de políticas
de fomento de este colectivo. En el caso de la educación- continua
Tamayo.- es evidente que supone un apoyo fundamental a políticas educativas de
temas sexuales y ético-morales que priorizan e incentivan la ideología de
género y la homosexualidad contra el derecho fundamental de los padres a educar
a sus hijos según sus concepciones. Sin duda hubiera sido un duro golpe para la
lucha en favor de la libertad que los padres europeos tenemos entablada contra
el totalitarismo educativo y la imposición mediante la enseñanza de
valores controvertidos. Por ello consideramos esta votación de la OSCE una
victoria para la libertad de todos los ciudadanos europeos.
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