miércoles, 17 de septiembre de 2014

blog de Aceprensa la familia actual.

Qué tal en el cole

De camino al coleTras el paréntesis vacacional, nuestros hijos vuelven al cole. Ahora las clases, los patios, las notas, las tareas, los libros, los exámenes, las actividades extraescolares, los compañeros, los profes, las asignaturas… van a marcar el ritmo cotidiano de nuestra familia. La vida de nuestros hijos, y por tanto la nuestra, está ligada a sus estudios porque todo lo que tiene que ver con el cole ocupa la mayor parte de su tiempo. Los padres no podemos quedarnos al margen, sino, al contrario, cuanto más nos impliquemos en todo lo que tiene que ver con el cole de nuestros hijos, mejor para ellos.
Es lo que ha querido decir la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, cuando ha pedido a los padres que pregunten a sus hijos de manera frecuente “qué tal les ha ido en el colegio”, pues, “algo tan sencillo mejora de forma impresionante su rendimiento escolar”, dijo durante la presentación del informe de la OCDE “Panorama de la Educación 2014”.
Realmente, preguntar a nuestro/a hijo/a “¿Qué tal en el cole?” e interesarnos por lo que ha hecho durante el día, qué deberes tiene, con quién ha jugado en el patio, qué ha aprendido, etc., hace que sienta que todo eso es importante porque a sus padres les importa. La mejora del rendimiento escolar resulta, entonces, como una consecuencia natural.
Pero la cosa no ha de quedar sólo en un mero preguntar “qué tal en el cole”, como una muletilla o una interrogación que no espera respuesta, sino que ha de suponer una forma de implicarnos en la educación de nuestros hijos de arriba abajo. Preguntar no es suficiente, a no ser que vaya acompañado de otros ingredientes, como estos:
  • Hablar del cole ha de ser algo natural y cotidiano. No ha de convertirse en una conversación extraordinaria una vez al trimestre o cuando ha saltado una alarma. Hemos de insertar el tema de los estudios dentro de la comunicación normal que mantenemos en casa.
  • No convertir el tema del cole en un interrogatorio policial como si nuestro hijo fuera un delincuente o un testigo presencial. Tampoco hemos de ejercer de fiscales, de abogados defensores, ni de jueces, sino de padres que se preocupan por la vida de sus hijos. El acercamiento a todos los temas, sean del cole u otros, ha de ser natural, nunca forzado.
  • Ojear de vez en cuando con nuestro/a hijo/a sus libros, sus libretas, sus deberes, sus trabajos, sus lecturas… como una forma de compartir conocimientos e implicarnos en sus cosas.
  • Hablar siempre bien del colegio y de los/as profesores/as. No hacer delante de los hijos comentarios negativos sobre el precio de los libros, las actividades propuestas, tal o cual decisión de la dirección, etc. Esas cosas hay que decirlas a la persona adecuada en el momento oportuno.
  • Ir a las tutorías siempre el padre y la madre juntos, salvo fuerza mayor. El mismo esfuerzo hemos de poner por asistir a reuniones, conferencias, actividades…
  • Valorar el esfuerzo no el resultado. Un hijo es mucho más que un boletín de notas. Hemos de interpretar los resultados a la luz del esfuerzo invertido.
  • Relacionarnos con otros padres. Conocerlos y entablar, si no amistad, por lo menos una relación cordial, porque ellos son los padres de los compañeros de nuestros hijos.
  • Mostrarles que nos alegrarnos de sus progresos y que nos sentimos orgullosos de ellos. Si la felicitación de un maestro suma puntos, la de un padre o una madre multiplica.
“¿Qué tal en el cole?” no ha de convertirse en una pregunta estereotipada, porque entonces las respuestas también lo serán. Si siempre preguntamos lo mismo, obtendremos siempre las mismas respuestas: clichés automáticos que, como los muelles sobre las puertas, cierran la conversación nada más abrirla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario