Carta al Cielo, para José Luis, un paciente de 14 años de Marisol. Se la han publicado el 14-9-2010 en el Jaén.

Queridísimo José Luis: hace tan solo unos días, te nos fuiste al cielo, yo estaba un poco lejos; cómo me hubiese gustado estar cerca de ti para decirte tantas cosas… aunque puedo asegurarte, que la distancia, en este caso no es el olvido, sino el cariño que ha ido creciendo cada día y me ha tenido más cerca de ti que nunca, porque no lo olvides, el corazón humano tiene un coeficiente de dilatación inmenso, capaz de conquistar el mundo.
¡Qué breve es el tiempo de nuestro paso por la tierra…! Pero ya habrás visto mi querido José Luís que la vida no se pierde, sólo se cambia por ese lugar maravilloso que es el cielo, donde “ni ojo vio, ni oído oyó, ni hay lengua humana capaz de describir tanta grandeza, tanta belleza y tanta felicidad como Dios nos tiene preparados. Ya habrás visto también como allí no existe el dolor, ni el miedo, ni el llanto, allí sólo se goza.
Te imagino tan feliz… ¡ah! no te olvides de contarle a los ángeles nuestra aventura de “las orejas de pollo” y el “espurreo” de cerveza de Ángela, te reías tanto que se te veía la campanilla, o lo bien que lo pasamos en Madrid y Valencia y tantas cosas más… seguro que se van a reír muchísimo.
Hemos sido todos tan felices a tu lado José Luís, nos has dado tanto, tanto que difícilmente te podremos olvidar; nosotros también queremos darte todo lo que tenemos: nuestra oración, nuestro cariño y todo nuestro agradecimiento.
Eres un CAMPEON José Luís, has terminado la carrera universitaria más brillante con sólo 14 años, obteniendo el premio más extraordinario: “LA CONQUISTA DEL CIELO” y esto si que es para siempre y nadie te lo puede arrebatar, todo lo demás… ya has visto como se queda aquí abajo y al final no sirve para nada.
Bueno ¡campeón! mientras has estado con nosotros, todos te hemos cuidado lo mejor que hemos podido y hemos sabido hacerlo, pero ahora te toca hacerlo a ti. Todos necesitamos que nos cuides pero especialmente tu familia, ya sabes, tienes que conseguir para ellos el consuelo, la paz y la fortaleza que necesitan; no te olvides tampoco de toda la gente de “tu hospital” donde has dejado una huella imborrable.
Mi querido José Luís, cuanto amor nos has dejado…
Te quiero mucho campeón.
Marisol