articulo
de paco sanchez / www.lavozdegalicia.es / sábado 16 de junio de 2012
Resulta difícil
hablar sin sumarse a la cháchara habitual de este país, esa que rige nuestros
destinos y se manifiesta en las intervenciones de los políticos y en su glosa
periodística. La misma cháchara que impide comprender, quizá porque ellos
mismos, políticos y periodistas, no comprenden y, al explicarse sin comprender,
lo embarullan todo más hasta dejarnos perplejos y embotados.
Estábamos tan
acostumbrados a esto, que la referencia a «Europa» o a «los países avanzados»
-eufemismo que suma a Estados Unidos- se había convertido en una muletilla
tertuliana para salir del charco de la cháchara insustancial. Hasta que caímos
en la cuenta de que «Europa» y «los países avanzados» ni tienen políticos
mejores ni un periodismo más riguroso. Europa, con nosotros a la cabeza,
procedió a suicidarse primero culturalmente, luego demográficamente y ahora,
económicamente, de modo que como alguien decía ayer, «los jóvenes del 68
pasaremos a la historia como la generación que ha arruinado a España». Y a
Europa, añadiría. Quizá, al mundo. Por eso, ahora que se pide mayor
transparencia en el ejercicio de la comunicación política y que se nos
expliquen mejor las cosas, casi me atrevería a pedir más bien silencio.
Necesitamos callar y
pensar, porque hablando se piensa mal. Y a lo mejor descubrimos una salida a
este bloqueo monumental que no es solo, ni siquiera principalmente, económico.
Resintonizando el televisor descubrí no sé cuántos canales de astrología.
Parecemos una humanidad primitiva, obtusa, que recurre a los adivinos, como si
nos estuvieran invadiendo sin la
Wehrmacht , a base de emburrecernos. Pero debe de quedar un resto
de racionalidad en alguna parte y deberíamos callar para encontrarla.
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