Querida
Sheila: hace tan solo unos días, navegabas por las aguas cristalinas de Motril
junto a “La Estrella de los Mares”: La Virgen del Carmen, a la que con todas
tus fuerzas le gritabas ¡¡guapa, guapa!! ¿te acuerdas? ibas a bordo del “Miguel y Cristina” y gracias a
la buena gente de Motril especialmente a
D. Elías y a toda la tripulación, consiguieron que ese 16 de Julio fuera para
ti y todos los que te acompañábamos un día inolvidable.
Saboreabas
intensamente cada día, cada minuto, cada
segundo… cuando apenas te quedaba tiempo… siempre fueron tus grandes aliados tu
constante alegría, tu bonita sonrisa y es así como fuiste logrando mitigar el dolor provocado
por la gravedad de tu enfermedad y su concluyente diagnóstico.
Has
conseguido con tu forma de ser querida
Sheila, que la vida para los demás sea más agradable y las preocupaciones más
llevaderas, daba gusto de estar a tu lado, con esa paz que a todos nos
transmitías y con tu gran sentido del humor.
Tu
capacidad para disfrutar de la vida no tenía límites: ¡cómo te reías desde tu
silla de ruedas el día de la capea en La Carolina al vernos torear la vaquilla
con el (torero guapo) como tú le llamabas; y como disfrutabas haciéndote fotos en aquel bonito rincón de Calahonda o
comiendo churros, o jugando al parchís etc.!
Hoy 31
de Agosto, La Estrella de los Mares te ha cogido amorosamente de la mano para
enseñarte el camino del Cielo… y tiernamente acurrucada sobre su regazo ¡¡qué
cosas tan bonitas te estará diciendo!! Allí ya no se sufre, allí no existe el
miedo ni el llanto, allí sólo se goza.
“Princesa” sé que no te olvidarás de enviarle a tu
madre, a Leiry y a todos ,el consuelo, la fortaleza y la paz que necesitan; no
te olvides tampoco de todas tus Enfermeras ¡te queremos! Y ¡¡gracias, gracias, gracias por tanto amor
como nos has dejado!!.
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