Primera parte
La voluntad es
la clave para conseguir lo que uno se ha propuesto. Es la joya de la corona de
la conducta. El que tiene educada la voluntad verá que sus sueños se irán
convirtiendo en realidad. La voluntad y la inteligencia forman un dúo decisivo
en la geografía de la persona. A ellas se une otra pieza decisiva de nuestra
psicología: la afectividad. Afectividad, inteligencia y voluntad
constituyen un tríptico esencial que nos dirige hacia lo mejor.
¿Qué es la
voluntad, en qué consiste, cuáles son los principales ingredientes que se
hospedan en su interior? La voluntad es la capacidad para ponerse uno
objetivos concretos y luchar hasta irlos alcanzando. Está claro que no es
algo genético, sino adquirido. La psicología conductista la define así: capacidad
para aplazar la recompensa.
Es decir,
para ir trabajando y fortaleciendo la voluntad es muy importante no buscar
resultados inmediatos sino mediatos, sacrificar lo cercano por
lo lejano. En esa travesía se encierra un principio queme parece muy
importante: saber esperar y saber continuar.
Etimológicamente
la palabra voluntad procede del latín voluntas,-tatis, que
significaquerer. Hay una distinción muy interesante si nos vamos a los
matices. Desear es pretender algo de forma pasajera,
momentánea, esporádica, sin continuidad, es algo que asoma en el escenario de
los intereses y luego se difumina. Por el contrario, quereres
determinación, propósito firme, decisión sólida, es haber tomado la resolución
de conseguir algo y entregarse a esa tarea. El inmaduro va detrás de los deseos
según van apareciendo y luego los va desechando. El que tiene madurez quiere algo
con fundamento y precisión, lo califica, lo precisa, delimita su campo y se
lanza con todas sus fuerzas en esa dirección evitando la dispersión, poniendo a
la voluntad por delante, para que tire en ese sentido. El deseo es más
emocional, el querer pertenece al patrimonio de la voluntad.
Dicho de
forma más rotunda: voluntad es determinación. Toda educación empieza y termina
por la voluntad.
Los padres
somos los primeros educadores. Un buen padre vale más que cien maestros.
Educar es seducir por encantamiento y ejemplaridad; seducir con los valores;
entusiasmar con las cosas que no siguen siendo valiosas con el paso del tiempo.
Educar es convertir a alguien en persona; ayudarle a desarrollarse de la mejor
manera posible, en los diversos aspectos que tiene la naturaleza humana.
La voluntad
es firmeza en los propósitos, solidez en los planes a llevar hacia delante,
ánimo ante las dificultades. Todo lo grande es hijo del esfuerzo y la renuncia.
Quien tiene educada la voluntad es más libre y puede llevar su vida hacia donde
quiera. Cuando la voluntad se ha ido formando a base de ejercicios continuos,
está siempre dispuesta a vencerse, a ceder, a dominarse, a buscar lo mejor. No
eres más libre cuando haces lo que te apetece, sino cuando eliges aquello que
te hace más persona. Aspirar a lo mejor y tener visión de futuro.
Quiero
diseñar un decálogo sobre cómo fomentar la voluntad, una manera de atornillar
un tema tan rico, complejo e importante como éste.
1. La
voluntad necesita un aprendizaje gradual, que se consigue con la repetición de
actos en donde uno se vence y lucha y cae y se levanta y vuelve a empezar. Esto
tiene un nombre: hábito. Es necesario ir adquiriendo hábitos
positivos de voluntad, la frecuencia y regularidad de un comportamiento
positivo
2. Para
tener voluntad hay que empezar a negarse y/o vencerse en estímulos e
inclinaciones inmediatas. Esto es realmente difícil en los comienzos. Toda
educación de la voluntad tiene un trasfondo ascético, esforzado, costoso.
3. Cualquier
avance en la voluntad se hace más fácil si hay motivación. Estar motivado
es tener el arco tenso para apuntar al mejor blanco. El ejercicio de tiro con
arco en nuestros objetivos se estira más gracias a los contenidos que lo
motivan. ¡Lo que estudia una persona que prepara oposiciones para llegar a
sacarlas! ¡A lo que es capaz de renunciar en cuanto al placer de comer una
persona que está motivada para adelgazar! El que sabe lo que quiere tiene la
voluntad preparada para la lucha.
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