lunes, 3 de mayo de 2010

Matrimonio: sin vínculos no hay libertad. Manglano.

Mientras no se provoca a la razón, el racionalismo nos limita de tal forma el conocimiento que nos alejamos de la belleza de la vida real. Sí, no podemos reducir los misterios de la existencia del hombre a fórmulas matemáticas y silogismos del todo planos. La verdad de los misterios humanos, como lo es el hecho de su libertad, resultan siempre paradójicos para la razón.
Dialogo con Antoine de Saint-Exupery y su mujer Consuelo. Son dos personas ‘libertinas' que esperan en la felicidad que les proporcionará la independencia y autonomía. Saint-Exupery, como el Principito creado por él, viaja por distintos planetas deseoso de una vida nada encorsetada; conoce otras tantas rosas iguales a la suya... Consuelo, también de planteamientos libertinos, sufre por las ausencias de su marido y las relaciones que mantiene con sus amantes.
Al final Saint-Exupery descubre una gran verdad: su rosa es única, ninguna tiene valor sino aquella a la que se ha entregado; sólo quien está domesticado encuentra sentido a su existencia; es entonces cuando el zorro le enseña que domesticar es establecer lazos, crear vínculos. Muchos no saben que el Principito es una carta de amor de Antoine a su mujer, movida por un profundo arrepentimiento.
Así es: si queremos independencia, el matrimonio es mal camino. Si pretendemos ser felices, este vínculo que nos hace a nosotros mismos nos permite ser libres realizando el proyecto concreto que somos. Siendo más intensamente esposo soy más libre, siendo más entera y elegantemente esposa soy más libre. La vida dice que es así, y la razón solo logra vislumbrarlo... y comprobarlo. Así son los misterios humanos.

1 comentario:

  1. El sacerdote JP. Manglano es entrevistado y lo publica zenit, la página de la Santa Sede, con fecha 2 de mayo de 2002. Es una pequeña parte de la entrevista, donde vuelca su genialidad para afrontar los asuntos. Espero que te guste..., y te enseñe.

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