jueves, 22 de diciembre de 2011

Libros juveniles, sugerencias de aceprensa, 21-12-2011.


Libros juveniles::

John Grisham, Theodore Boone, joven abogado(Theodore Boone: Kid Lawyer, 2010). Barcelona: Montena, 2011; 230 pp.; trad. de Fernando Garí Puig; ISBN: 978-84-8441-689-0.
     El protagonista es un chico de trece años, hijo único de un matrimonio de abogados en la ciudad de Strattenburg y que sueña desde muy pequeño con ser abogado. El relato comienza cuando arranca un importante juicio: Peter Duffy, un hombre de negocios, ha sido acusado de asesinar a su mujer para cobrar la póliza del seguro, pero su coartada es muy sólida. Theo sigue con atención todos los pormenores del caso y, por una vía inesperada, conoce a una persona que puede cambiar el rumbo del juicio.
     La narración atrae a pesar de, y para otros gracias a, las muchas explicaciones sobre cómo funcionan las cosas en el sistema judicial norteamericano. Se aguardan continuaciones pues el caso queda resuelto pero no terminado: el juicio se ha interrumpido y aún no ha entrado en acción el matón a sueldo de turno, al que vemos sospechar de los manejos de Theo.
Theodore Taylor, El cayo (The Cay, 1969). Barcelona: Noguer, 2011; 139 pp.; col. Noguer juvenil; trad. de Gabriel Pérez Sevilla; ISBN: 978-84-279-0129-2.
     1942. Debido a que su madre desea volver a los Estados Unidos, Phillip embarca con ella en un carguero holandés que les llevará de Curaçao a Miami. Pero, poco después de que el barco dejara Panamá, un submarino alemán lo torpedea y, al intentar llegar al bote de salvamento, Phillip siente un golpe fuerte y pierde el conocimiento. Cuando despierta está en un bote junto con un viejo negro antillano, Timothy. Este es amable con él pero Phillip no le ve con especial simpatía. Acaban llegando a un cayo, una pequeña isla deshabitada y Phillip, como consecuencia del golpe, se queda ciego.
     Buena narración cuyo interés es, aparte del cómo se las arreglan para sobrevivir los náufragos, la evolución de la relación entre los dos protagonistas, y cómo la ceguera de Phillip lo condiciona todo y, al final, él mismo la ve como un importante factor de supervivencia. Son especialmente intensos los momentos en los que los dos protagonistas sufren una tormenta huracanada.
Simon Scarrow, La lucha por la libertad: gladiador(Gladiador (t x d): Fight for freedom, 2011). Barcelona: Edhasa, 2011; 310 pp.; trad. de Carlos Valdés; ISBN: 978-84-350-4100-3.
     Marco, de diez años, vive con su padre, un centurión romano retirado que combatió con Pompeyo contra Espartaco, y con su madre, Livia. Cuando su padre decide no pagar todo lo que les reclama un abusivo prestamista, este manda unos hombres que lo matan y venden como esclavos a Marco y a su madre. Marco termina como aprendiz de gladiador: es adiestrado para combatir durante casi toda la novela mientras crece su rivalidad con otro futuro gladiador, hasta que acaba enfrentándose a él con ocasión de una fiesta que su amo da para unos nobles romanos. Su destino, como es de suponer, da un giro al final, porque su pasado se aclara y porque se le ha de poner en la rampa de salida para nuevas aventuras.
     Novela entretenida y eficaz. La forma de narrar de Scarrow es precisa en los detalles ambientales, pero es lineal y sin grandes dibujos. Transmite bien la violencia de las acciones que se cuentan. También usa expresiones de hoy.
Sonia Fernández-Vidal, La puerta de los tres cerrojos(2011). Barcelona: La Galera, 2011; 208 pp.; ilust. de Oriol Malet; ISBN: 978-84-246-3577-0.
     Después de leer un misterioso mensaje que le dice que «si quieres que sucedan cosas diferentes, deja de hacer siempre lo mismo», Niko decide no ir a clase por el camino habitual. Cuando encuentra una casa extraña llama y, para su sorpresa, entra en el mundo cuántico. Guiado por un elfo y una elfa recorrerá ese mundo paralelo y verá que sus habitantes tienen una duda: ¿deben dejar entrar a los humanos en su mundo?
     Excelente narración que consigue lo que pretende: dar explicaciones claras sobre aspectos de la física cuántica. En cuanto novela le sucede lo habitual a este tipo de libros de conocimientos: el argumento está puesto al servicio de ir aclarando las cosas de modo pertinente y algunos pasos de la historia suenan un tanto trillados. Pero, con todo, son asuntos menores ante la simpatía y amenidad del relato.
Michael E. Giesler, Grano de trigo (Grain of Wheat, 2011). Madrid: Palabra, 2011; 252 pp.; col. Astor; trad. de Gloria Esteban; ISBN: 978-84-9840-531-1-6.
     Tercera novela de una serie. Su protagonista es Marco, que se había convertido al cristianismo en la segunda novela, después de que su hermana Junia lo hiciera en la primera. Al poco tiempo de regresar a Roma para dar clases es expulsado de su casa, por su padre, por ser cristiano. Luego se suceden escenas, protagonizadas por él o por otros, dirigidas a mostrar la forma de vivir de cristianos de diferentes ambientes sociales y profesiones.
     Abundan los diálogos explicativos acerca de puntos de la doctrina cristiana. También se describen costumbres y modos de pensar propios del momento.
Yoko Ogawa, La niña que iba en hipopótamo a la escuela (Mina no kõshin, 2006). Madrid: Funambulista, 2011; 413 pp.; trad. de Yoshiko Sugiyama; ISBN: 978-84-966001-98-7.
     Tomoko, de doce años, ha de irse a vivir con unos tíos a los que no conoce. Cuando llega, todo le sorprende: los escenarios y las personas. Le fascinan la enorme casa con aire occidental, pues su tía-abuela es alemana, y el jardín, que fue un pequeño zoo en el que todavía vive Pochiko, una hipopótamo enana. Entabla una relación muy especial con su lista prima Mina, más pequeña que ella, asmática, por lo que suele ir al colegio a lomos de Pochiko; y queda fascinada por su tío, un hombre atractivo y amable, pero que, sorprendentemente, a veces desaparece durante días.
     La narración desprende buen humor, una cordial ironía, y una fuerte nostalgia. Los personajes resultan amables y las situaciones más curiosas acaban pareciendo «normales». El lector queda enganchado por algunos enigmas que, poco a poco, van aclarándose.
José de Vasconcelos, Mi planta de naranja lima (O Meu Pé de Laranja Lima, 1967). Barcelona: Libros del Asteroide, 2011; 205 pp.; trad. de Carlos Manzano; ISBN: 978-84-92663-43-9.
     Zezé, seis años, describe la pobreza en la que vive su familia. Trabaja de limpiabotas, de cantor con don Ariovaldo, y en sus travesuras por las calles de Río de Janeiro se gana broncas, palizas y amistades. Precozmente, le llega el descubrimiento del dolor.
     El narrador utiliza un lenguaje sencillo y popular, tanto en las descripciones como en los diálogos, y muestra las cosas a través de los ojos de Zezé, un testigo que cuenta lo que ve, lo que no entiende, lo que sufre. Y, aunque podemos sospechar que hay algo de trampa emocional pues ciertamente acentúa unas cosas y omite otras, lo cierto es que no se deja llevar por el ternurismo empalagoso y consigue llegar al corazón del lector con una intensidad demoledora.
Ivan Doig, Una temporada para silbar (The Whistling Season, 2006). Barcelona: Libros del Asteroide, 2011; 360 pp.; trad. de Juan Tafur; ISBN: 978-84-92663-42-2.
     Paul Milliron, inspector jefe de enseñanza en Montana, recuerda el año 1909, cuando él cumplió trece años, y vivía con su padre, viudo, y sus hermanos pequeños. Los incidentes comienzan cuando su padre decide contratar un ama de llaves, Rose, que se presenta en el pueblo con su hermano Morris, un tipo muy singular que acaba siendo contratado como maestro.
     Novela cuyo atractivo se basa en que la descripción de la vida cotidiana de los Milliron, tanto la familiar como la colegial, tiene mucho encanto, y en la singularidad y los métodos educativos de Morris, un personaje formidable. Algunos defectos del libro no importan tanto ante la sucesión de anécdotas escolares, donde no faltan amistades y rivalidades, y cuyo momento culminante es Libros juveniles::

John Grisham, Theodore Boone, joven abogado(Theodore Boone: Kid Lawyer, 2010). Barcelona: Montena, 2011; 230 pp.; trad. de Fernando Garí Puig; ISBN: 978-84-8441-689-0.
     El protagonista es un chico de trece años, hijo único de un matrimonio de abogados en la ciudad de Strattenburg y que sueña desde muy pequeño con ser abogado. El relato comienza cuando arranca un importante juicio: Peter Duffy, un hombre de negocios, ha sido acusado de asesinar a su mujer para cobrar la póliza del seguro, pero su coartada es muy sólida. Theo sigue con atención todos los pormenores del caso y, por una vía inesperada, conoce a una persona que puede cambiar el rumbo del juicio.
     La narración atrae a pesar de, y para otros gracias a, las muchas explicaciones sobre cómo funcionan las cosas en el sistema judicial norteamericano. Se aguardan continuaciones pues el caso queda resuelto pero no terminado: el juicio se ha interrumpido y aún no ha entrado en acción el matón a sueldo de turno, al que vemos sospechar de los manejos de Theo.
Theodore Taylor, El cayo (The Cay, 1969). Barcelona: Noguer, 2011; 139 pp.; col. Noguer juvenil; trad. de Gabriel Pérez Sevilla; ISBN: 978-84-279-0129-2.
     1942. Debido a que su madre desea volver a los Estados Unidos, Phillip embarca con ella en un carguero holandés que les llevará de Curaçao a Miami. Pero, poco después de que el barco dejara Panamá, un submarino alemán lo torpedea y, al intentar llegar al bote de salvamento, Phillip siente un golpe fuerte y pierde el conocimiento. Cuando despierta está en un bote junto con un viejo negro antillano, Timothy. Este es amable con él pero Phillip no le ve con especial simpatía. Acaban llegando a un cayo, una pequeña isla deshabitada y Phillip, como consecuencia del golpe, se queda ciego.
     Buena narración cuyo interés es, aparte del cómo se las arreglan para sobrevivir los náufragos, la evolución de la relación entre los dos protagonistas, y cómo la ceguera de Phillip lo condiciona todo y, al final, él mismo la ve como un importante factor de supervivencia. Son especialmente intensos los momentos en los que los dos protagonistas sufren una tormenta huracanada.
Simon Scarrow, La lucha por la libertad: gladiador(Gladiador (t x d): Fight for freedom, 2011). Barcelona: Edhasa, 2011; 310 pp.; trad. de Carlos Valdés; ISBN: 978-84-350-4100-3.
     Marco, de diez años, vive con su padre, un centurión romano retirado que combatió con Pompeyo contra Espartaco, y con su madre, Livia. Cuando su padre decide no pagar todo lo que les reclama un abusivo prestamista, este manda unos hombres que lo matan y venden como esclavos a Marco y a su madre. Marco termina como aprendiz de gladiador: es adiestrado para combatir durante casi toda la novela mientras crece su rivalidad con otro futuro gladiador, hasta que acaba enfrentándose a él con ocasión de una fiesta que su amo da para unos nobles romanos. Su destino, como es de suponer, da un giro al final, porque su pasado se aclara y porque se le ha de poner en la rampa de salida para nuevas aventuras.
     Novela entretenida y eficaz. La forma de narrar de Scarrow es precisa en los detalles ambientales, pero es lineal y sin grandes dibujos. Transmite bien la violencia de las acciones que se cuentan. También usa expresiones de hoy.
Sonia Fernández-Vidal, La puerta de los tres cerrojos(2011). Barcelona: La Galera, 2011; 208 pp.; ilust. de Oriol Malet; ISBN: 978-84-246-3577-0.
     Después de leer un misterioso mensaje que le dice que «si quieres que sucedan cosas diferentes, deja de hacer siempre lo mismo», Niko decide no ir a clase por el camino habitual. Cuando encuentra una casa extraña llama y, para su sorpresa, entra en el mundo cuántico. Guiado por un elfo y una elfa recorrerá ese mundo paralelo y verá que sus habitantes tienen una duda: ¿deben dejar entrar a los humanos en su mundo?
     Excelente narración que consigue lo que pretende: dar explicaciones claras sobre aspectos de la física cuántica. En cuanto novela le sucede lo habitual a este tipo de libros de conocimientos: el argumento está puesto al servicio de ir aclarando las cosas de modo pertinente y algunos pasos de la historia suenan un tanto trillados. Pero, con todo, son asuntos menores ante la simpatía y amenidad del relato.
Michael E. Giesler, Grano de trigo (Grain of Wheat, 2011). Madrid: Palabra, 2011; 252 pp.; col. Astor; trad. de Gloria Esteban; ISBN: 978-84-9840-531-1-6.
     Tercera novela de una serie. Su protagonista es Marco, que se había convertido al cristianismo en la segunda novela, después de que su hermana Junia lo hiciera en la primera. Al poco tiempo de regresar a Roma para dar clases es expulsado de su casa, por su padre, por ser cristiano. Luego se suceden escenas, protagonizadas por él o por otros, dirigidas a mostrar la forma de vivir de cristianos de diferentes ambientes sociales y profesiones.
     Abundan los diálogos explicativos acerca de puntos de la doctrina cristiana. También se describen costumbres y modos de pensar propios del momento.
Yoko Ogawa, La niña que iba en hipopótamo a la escuela (Mina no kõshin, 2006). Madrid: Funambulista, 2011; 413 pp.; trad. de Yoshiko Sugiyama; ISBN: 978-84-966001-98-7.
     Tomoko, de doce años, ha de irse a vivir con unos tíos a los que no conoce. Cuando llega, todo le sorprende: los escenarios y las personas. Le fascinan la enorme casa con aire occidental, pues su tía-abuela es alemana, y el jardín, que fue un pequeño zoo en el que todavía vive Pochiko, una hipopótamo enana. Entabla una relación muy especial con su lista prima Mina, más pequeña que ella, asmática, por lo que suele ir al colegio a lomos de Pochiko; y queda fascinada por su tío, un hombre atractivo y amable, pero que, sorprendentemente, a veces desaparece durante días.
     La narración desprende buen humor, una cordial ironía, y una fuerte nostalgia. Los personajes resultan amables y las situaciones más curiosas acaban pareciendo «normales». El lector queda enganchado por algunos enigmas que, poco a poco, van aclarándose.
José de Vasconcelos, Mi planta de naranja lima (O Meu Pé de Laranja Lima, 1967). Barcelona: Libros del Asteroide, 2011; 205 pp.; trad. de Carlos Manzano; ISBN: 978-84-92663-43-9.
     Zezé, seis años, describe la pobreza en la que vive su familia. Trabaja de limpiabotas, de cantor con don Ariovaldo, y en sus travesuras por las calles de Río de Janeiro se gana broncas, palizas y amistades. Precozmente, le llega el descubrimiento del dolor.
     El narrador utiliza un lenguaje sencillo y popular, tanto en las descripciones como en los diálogos, y muestra las cosas a través de los ojos de Zezé, un testigo que cuenta lo que ve, lo que no entiende, lo que sufre. Y, aunque podemos sospechar que hay algo de trampa emocional pues ciertamente acentúa unas cosas y omite otras, lo cierto es que no se deja llevar por el ternurismo empalagoso y consigue llegar al corazón del lector con una intensidad demoledora.
Ivan Doig, Una temporada para silbar (The Whistling Season, 2006). Barcelona: Libros del Asteroide, 2011; 360 pp.; trad. de Juan Tafur; ISBN: 978-84-92663-42-2.
     Paul Milliron, inspector jefe de enseñanza en Montana, recuerda el año 1909, cuando él cumplió trece años, y vivía con su padre, viudo, y sus hermanos pequeños. Los incidentes comienzan cuando su padre decide contratar un ama de llaves, Rose, que se presenta en el pueblo con su hermano Morris, un tipo muy singular que acaba siendo contratado como maestro.
     Novela cuyo atractivo se basa en que la descripción de la vida cotidiana de los Milliron, tanto la familiar como la colegial, tiene mucho encanto, y en la singularidad y los métodos educativos de Morris, un personaje formidable. Algunos defectos del libro no importan tanto ante la sucesión de anécdotas escolares, donde no faltan amistades y rivalidades, y cuyo momento culminante es la visita de un inspector.

la visita de un inspector.

1 comentario:

  1. Vaya! parece que hay más de un blog, con el mismo título etc, no sé cómo me las apaño.

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