martes, 15 de junio de 2010

CUANDO LOS HIJOS SE VAN

Los hijos nunca se van, es la vida la que se los lleva; hay que aceptarlos con esa condición; hay que criarlos con esa idea y hay que asumir esa realidad.
Ya no son los padres los propietarios, son los consejeros. Ya no dirigen, aceptan. Ya no mandan, acompañan. No proyectan, sino que respetan sus propios proyectos. En definitiva, ya les crecieron las alas y ahora saben volar solos.
Es ahora cuando comienzan a andar el camino que ellos mismos se han trazado... ojalá sepan superar los obstáculos que en el se encuentren y poner en práctica los sabios consejos llenos de cariño que sus padres siempre les dieron.
¡ Ay los padres !... los padres quedan atrás: en la estela luminosa que deja el barco al partir. En el beso que les envían. En el pañuelo que los despide. En la oración y en las lágrimas que siempre los acompañan. Pero sobre todo, en lo más profundo de su corazón.
MARISOL ESCRIBANO OLMO

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