jueves, 22 de julio de 2010

Un judío defiende el Crucifijo ante el Tribunal Eur. de Dchos. La tolerancia no puede llevar a la intolerancia de negar los símbolos de una cultura,II

"Los países de la Europa de hoy han abierto sus puertas a muchos nuevos residentes y ciudadanos. Les debemos todas las garantías de la Convención Europea de los Derechos del Hombre. Les debemos respeto, bienvenida y no discriminación. Pero el mensaje de tolerancia hacia el otro no debería ser traducido como un mensaje de intolerancia hacia la propia identidad", añadió Weiler.
En su arenga, ante los jueces, el representante del Estado italiano, Nicola Lettieri, explicó que "no hay ningún prejuicio real en esta cuestión. Si uno mantiene una relación privilegiada con una religión, si expone símbolos religiosos, no va en contra de la Convención Europea de los Derechos del Hombre. La única frontera que no hay que superar es la de buscar el adoctrinamiento o el proselitismo".
"Si el crucifijo está presente en las aulas, el motivo no es el adoctrinamiento, sino que es una expresión de un sentimiento popular que constituye el fundamento de la identidad nacional", añadió.
"El pluralismo debería comenzar con el respeto entre los países", según Puppinck, quien considera sumamente significativo el que catorce Estados miembros del Consejo de Europa se hayan opuesto a la sentencia y hayan apoyado a Italia.
Además de los diez países representados por Weiler, que participan oficialmente en el caso, otros Estados han dado su apoyo oficial al Crucifijo: Ucrania, Moldavia, Albania y Serbia.
El número de Estados participantes no tiene precedentes, aclara el director del Centro Europeo para el Derecho y la Justicia, lo que demuestra la importancia de este caso para toda Europa.
La decisión del Tribunal será pronunciada en otoño o incluso quizá en Navidad.

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